CRISTINA RAMOS GARCÍA



VÍDEO PERSONAL




INFANCIA Y EDUCACIÓN ARTÍSTICA, D.J. 
HARGREAVES


He elegido este libro y me he centrado en el capítulo III, dentro de este capítulo me ha llamado la atención “Los dibujos de los niños”, “No soy muy bueno dibujando” y “Conclusión”.

“Los dibujos de los niños”
Una importante proporción del material expuesto en las escuelas infantiles está constituida por dibujos y pinturas infantiles.
Suele tomarse como una actividad placentera, no sometida a presiones y que sirve como aditamento decorativo o recompensa. 
Nadie suele preocuparse por si un niño no es capaz de crear un buen dibujo. Quizá poseamos una idea intuitiva de lo que es un buen dibujo y es posible que tengamos en cuenta cuándo un niño parece especialmente dotado, pero no reconocemos ninguna acción que remedie la situación del niño que no resulta demasiado bueno en esa actividad.
A menudo los niños no se sienten satisfechos con sus propios dibujos pudiendo desanimarse en relación con la actividad en conjunto. Se sienten incómodos o rehúsan hacerlo por su falta de habilidad.
El dibujo constituye una actividad de resolución de problemas tan exigente como cualquier otra. No obstante, la solución de problemas puede resultar divertida.

“No soy muy bueno dibujando”
Los niños pequeños suelen mostrarse relativamente desinhibidos en el dibujo. Rara vez se plantea a los niños una tarea de dibujo que ponga a prueba sus capacidades de resolución de problemas en un contexto pictórico.
A los 9 años quieren que su dibujo de una cosa se parezca a la cosa real. Pretenden que los objetos parezcan tridimensionales. El resultado es que los niños mayores de la escuela primaria suelen mostrarse insatisfechos con sus dibujos. En esta época los niños aceptan con gusto las indicaciones acerca de cómo dibujar.

“Conclusión”
La mayoría de los niños disfruta dibujando. Aunque consideramos que se trata de una experiencia importante para ellos, no pensamos que sea suficiente para garantizar una enseñanza directa de las técnicas de dibujo. Parece que tratamos de mantener el dibujo en el nivel de la autoexpresión. Cuando los niños pequeños crecen muchos no han llegado a adquirir suficiente técnicas de dibujo.
La falta de enseñanza conduce a que los niños y adultos se queden en formas pictóricas estilizadas. La necesidad de educación no significa enseñar un conjunto de fórmulas para cada objeto concreto, implica más bien la observación de objetos en todas las orientaciones posibles

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